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domingo, 6 de julio de 2014

EL COLOR DE LA INFANCIA NO PUEDE SER NEGRO



Miles de niños de todo el mundo se sienten ausentes de la realidad que les rodea, pero áun así sus condiciones de vida son particularmente negativas. La infancia debería de carecer del color negro porque la ilusión y la fantasía de un niño recoge en su interior todo el abanico de luz de un arco iris. Vivir en una u otra cultura no condiciona al niño nunca. Lo que le hace ser distinto es la manera en que se le trate. Las sociedades pudientes arrinconan a esas otras que no son o no quierendejarse dominar por ellas y eso hace que la distancia entre un niño de un país y de otro sea diferente. El rechazo hacia el "distinto" por color, raza, lengua o religión nos hace más daño a los que marcamos dichas diferencias que a ellos mismos. La convivencia en países donde todos esos entrecomillados no existen deberían ser un ejemplo para todas esas otras donde los prejucios y manifiestos antisociales nos están emborronando cada vez más nuestra legítima condición de ser humano. Ana Valentín.

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